Estructuras ambiguas

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autoría: Urtzi Barrenetxea Iparragirre, 

Sin demasiado miedo a equivocarnos, podemos decir que los textos administrativos resultan extraños para una parte significativa de la ciudadanía. Muchos contenidos y conceptos no son habituales en el día a día de muchas personas, por lo que los consideran lejanos, abstractos o incomprensibles.

Partiendo de esa premisa, deberíamos elaborar nuestros textos desde un punto de vista más comunicativo. En la medida en que los contenidos pueden ser complejos, no deberíamos promover que nuestros textos sean, además, difíciles desde un punto de vista formal, repletos de fórmulas gramaticales que se alejan del registro común del lenguaje. A fin de cuentas, debemos considerar el derecho de la ciudadanía a conocer la actividad administrativa.

Las implicaciones son más significativas si hablamos de textos electrónicos, ya que en este entorno las personas usuarias se encuentran solas ante la pantalla. En tales circunstancias, no tienen posibilidad de resolver las dudas derivadas del texto y, por tanto, deben tomar decisiones, en ocasiones críticas, sin certezas sobre el contenido.

La simplicidad constituye un criterio fundamental para redactar textos comunicativos. Es decir, oponerse a la tendencia, tan habitual en la prosa administrativa, de expresar con cinco palabras lo que se puede decir en dos. Solo con esta regla mejoraríamos en gran medida la comunicabilidad de los textos. Pero más allá de la simplicidad en la redacción, existen algunas estructuras que, a pesar de ser simples, pueden producir más de un malentendido debido a su ambigüedad.

En este post nos referiremos a un par de tales estructuras ambiguas: las dobles negativas y las excepciones de las excepciones. Se trata de figuras aparentemente simples pero que pueden generar más de una dificultad de lectura. Conviene evitar, en la medida de lo posible, la presencia de dichas formas en nuestros textos para evitar todo tipo de relecturas e interpretaciones erróneas.

 

Dobles negativas

Estamos habituados a pensar y hablar en sentido afirmativo. Dicho de otro modo, comprendemos con mayor facilidad las frases afirmativas (abre en nueva ventana): nos resultan más precisas y no requieren de mucha información contextual para poder comprenderlas. Por el contrario, cuando empleamos frases negativas estamos obstaculizando la lectura, ya que dificultamos la comprensión del contenido.

En consecuencia, no es de extrañar que una frase que incluye dos negativas entrañe un problema. En estos casos, una negativa anula a la otra, lo que nos exige un ejercicio por lo que tenemos que hacer un ejercicio mental para convertir lo negativo en positivo. Y como personas lectoras no nos gusta releer una frase para asegurarnos de que la hemos entendido; nos rompe el ritmo de la lectura.

Estas deducciones no se tendrán en cuenta si no se acreditan documentalmente.

Para tener en cuenta estas deducciones, debes acreditarlas documentalmente.

Solo se tendrán en cuenta estas deducciones si se acreditan documentalmente.

  

No se inscribirá la modificación de estatutos mientras la junta directiva no esté actualizada.

Solo se inscribirá la modificación de estatutos cuando la junta directiva esté actualizada.

No se inscribirá la modificación de estatutos hasta que la junta directiva esté actualizada.

Excepciones de las excepciones

Una excepción que contiene una excepción no es más que otra forma de negativa doble, y, por tanto, un posible punto negro de cara a su interpretación. En estos casos, recomendamos reescribir la frase y destacar la afirmación.

Están exentos del pago del impuesto sobre ventas los servicios bancarios y financieros, excepto los arrendamientos de bienes muebles con opción de compra.

Están exentos del pago del impuesto sobre ventas los servicios bancarios y financieros. Pero los arrendamientos de bienes muebles con opción de compra deberán pagar los impuestos correspondientes.